Método Mulligan

Método Mulligan

El concepto Mulligan debe su nombre al fisioterapeuta neozelandés Brian Mulligan, el cuál desarrolló este método de tratamiento que hoy en día forma parte la Terapia Manual Ortopédica, rama de la fisioterapia.

Este enfoque nace de la creencia de Brian Mulligan de que muchas veces el dolor en el tejido blando se debía a las articulaciones que, a consecuencia de un traumatismo, quedaban en una posición inadecuada.

A día de hoy no podemos afirmar que esto ocurra así pero sí que realizando un correcto reposicionamiento articular podemos aliviar o eliminar  el dolor que nos generaba un determinado movimiento, a la vez que ejecutamos este último. Y es en esto en lo que se basa el concepto Mulligan.

De esta manera, mediante la valoración el fisioterapeuta primero explora los movimientos dolorosos del paciente, como por ejemplo: dolor del cuello con la rotación hacia el lado izquierdo, y después el fisioterapeuta busca realizar una técnica manual, ya sea una tracción, un deslizamiento paralelo o un deslizamiento perpendicular que elimine el dolor a la vez que realizamos ese mismo movimiento, como por ejemplo: un deslizamiento paralelo a la espinosa de D1 (primera vértebra dorsal) hacia la derecha.

Tratar con este método nos permite tanto mejorar la movilidad articular como aliviar o eliminar el dolor, por lo que nos resulta muy útil en las primeras fases de tratamiento. Además es un tratamiento muy dinámico que necesita de la implicación del paciente.

Para fases más avanzadas, también nos es útil al realizar el reposicionamiento articular el uso de vendajes, que nos permiten realizar ejercicios con más carga,  con lo cual podemos empezar a trabajar antes cuando volvemos de una lesión, por ejemplo: empezar a realizar sentadillas con carga con la ayuda de un vendaje a la altura del tendón rotuliano.

Resumiendo, el concepto Mulligan consiste en encontrar un alivio instantáneo de los síntomas del paciente mientras realiza el gesto o movimiento doloroso a través de unas presiones accesorias que el fisioterapeuta ejerce sobre la articulación a tratar. Por decirlo de otra forma es cambiar mínimamente la posición más íntima de la articulación buscando que deje de doler al realizar el movimiento doloroso. Si esto se consigue durante la sesión, el pronóstico será favorable.