Roturas de Fibras

Patologia Roturas de Fibras en el muslo

Todos hemos oído hablar de roturas musculares o desgarros, pero como veremos, no todas van a ser iguales. Podemos decir que una rotura es un paso más allá de la contractura, ya que esta se produce precisamente para evitar que suframos una rotura.

No solo ocurre por esto, pero normalmente la rotura se produce por la realización de un movimiento de gran amplitud a una gran velocidad. Otras veces, son otros los factores subyacentes lo que acaban por provocarnos la rotura, como la sobrecarga, la falta de descanso, predisposición genética o una contusión directa.

Una de las zonas con mayor prevalencia de roturas es el muslo, normalmente vinculadas al ámbito deportivo, tanto a nivel profesional como a nivel amateur.

Sintomatología:

La sintomatología se caracteriza por la aparición de dolor repentino, agudo e intenso y localizado en un punto muy concreto. Desde el momento en que se produce resulta muy doloroso y nos impide cualquier movimiento del músculo afectado, aunque las características varían según el grado.

Grados:

Podemos dividir la rotura en diferentes grados según su severidad:

  • Grado I: Es el más leve. Se produce una pequeña pérdida de la continuidad de la fibra, que puede conocerse como microrotura. Aparece un pequeño hematoma o incluso a veces no aparece. El plazo de recuperación está entre 1-2 semanas.
  • Grado II: Es la más común. Existe una pérdida de la continuidad de fibras más clara, que puede llegar a alterar la forma del músculo. Viene acompañado de hematoma y de pérdida de funcionalidad (por ejemplo, cojera) inmediatamente después de la lesión. El plazo de recuperación está entre 3-4 semanas.
  • Grado III: es la más grave. Es una rotura completa del vientre muscular o de la porción miotendinosa. Es necesario valorar abordarla de forma quirúrgica. El hematoma es bastante considerable. El plazo de recuperación es mínimo 6-8 semanas.

Sintomatología en función del Grado

Tirón o rotura de grado I:

  • Dolor agudo que aparece de forma brusca al gesto lesivo.
  • Pinchazo que se percibe manera muy localizada.
  • Pérdida de funcionalidad o impotencia al realizar gestos que involucran el músculo dañado.
  • Cese de la actividad deportiva.
  • Sin Edema o con pequeño edema.
  • Puede aparecer un pequeño hematoma debido a la rotura de vasos sanguíneos, normalmente por debajo de la lesión debido a que la gravedad hace que la sangre baje. Dependiendo de la profundidad, puede hacerse visible antes o después. Si la rotura es en una zona no profunda, aparece a las horas pero si es en una zona profunda puede aparecer a los 2 ó 3 días.
  • Punto doloroso a la palpación, y si la rotura es superficial, a veces puede observarse un pequeño relieve.
  • Dolor a la contracción.

Rotura grado II y III:

  • Dolor fuerte y muy agudo en el instante de la lesión que se conoce como el “signo de la pedrada”. El dolor no disminuye ni en reposo.
  • Pérdida de la funcionalidad e impotencia al realizar gestos que involucran el músculo dañado.
  • Existe una tumoración y el signo del hachazo o un claro decalaje en el vientre muscular, esto puede no ser evidente si el musculo que sufre la lesión es profundo.
  • Aparece un gran edema.
  • Aparece un gran hematoma, debido a la rotura de numerosos vasos sanguíneos. Esto no tiene porqué ser malo, ya que ayuda a la reabsorción mientras trabajamos con técnicas conservadoras, de otra manera el sangrado podría encapsularse y con el tiempo osificarse o producirse una Miositis Osificante.

Tratamiento:

En primer lugar, se procederá a la realización de una ecografía en consulta. En ocasiones es necesario esperar entre 24-48 horas, desde que se produjo la lesión, para que se pueda visualizar la lesión. Una vez diagnosticada la lesión basándonos en los síntomas y en las imágenes de las pruebas diagnósticas se iniciará el tratamiento que constará generalmente de 3 semanas o más en función del grado de rotura.

  • 1º semana: Vendaje funcional para que la musculatura pueda movilizarse pero no llegar a su máxima elongación. En esta primera semana el cuerpo depositará un exceso de fibras de colágeno en la zona a reparar para la regeneración de la misma. Está indicado el uso de la Electrólisis Percutánea Musculoesquelética en esta primera fase aguda para intentar cambiar el P.H ácido de la zona. la corriente galvánica aplicada a través de una aguja y siempre visualizada con el ecógrafo es de gran ayuda para alcalinizar el medio interno y así ayudar en el proceso de regeneración.
  • 2º semana: Sigue estando indicada la Electrolisis ecoguiada y se puede empezar a realizar estiramientos activos por parte del paciente pare realinear las fibras musculares.
  • 3º semana: Electrolisis Percutánea Musculoesquelética para intentar que la cicatriz no fibrose y se haga los más flexible posible, masajes en la zona con el mismo fin, ultrasonidos (U.S) y comienzo de los estiramientos pasivos. El resto de semanas y siempre en función de la evolución del paciente se puede empezar poco a poco con la actividad deportiva con un grado de intensidad mínimo.

Importante durante todo el proceso hacer un seguimiento ecográfico ya que si se produce hematoma en tejidos muy internos hay posibilidad de que se encapsule y osifique. Esto suele ocurrir entre 8 y 9 días desde el inicio de la lesión. Por lo tanto es necesario aspirar el edema antes de la osificación ya que una vez osificado el único tratamiento posible es el quirúrgico.

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