Neuroma de Morton

Patología neuroma de Morton

¿Qué es el Neurinoma de Morton?

El Neuroma de Morton es una lesión neuropática que ocurre en el pie por compresión de alguno de los nervios que discurren entre los espacios interdigitales de los dedos.

Estos nervios nos aportan información sensitiva y mandan señales motoras a las estructuras circundantes. Cuando se produce un aumento de presión en la zona, éstos nervios acaban por comprimirse, lo que nos genera una pequeña inflamación, dolor y la aparición de los síntomas característicos de las lesiones neuropáticas (dolor punzante, hormigueos o parestesias, sensación de quemazón…etc.).

Ocurre con más habitualidad en el espacio interdigital que se encuentra entre el segundo y el tercer dedo, aunque también es frecuente que se produzca en el espacio interdigital de entre el tercer y el cuarto dedo.

Es una afección que parece ser más común en mujeres que en hombres, y personas de mediana edad, aunque el perfil de paciente no se limita únicamente a este.

Generalmente podremos abordar la lesión de manera conservadora, pero si el tratamiento conservador fallase o la lesión se encontrase en una fase avanzada, se procedería a realizar un tratamiento más invasivo. En cualquier caso, la realización de una rehabilitación posterior, así como la modificación de algunos hábitos, serán de gran importancia para el mantenimiento de los resultados a largo plazo.

¿Cuál es su causa, por qué se produce?

  • La principal causa de aparición de esta patología es el uso habitual de zapatos de tacón. Es por ello que los pacientes principalmente van a ser mujeres. Lo que ocurre cuando hacemos uso de un calzado de este tipo es que el talón se eleva de su posición normal, y el peso del cuerpo pasa a recaer totalmente a la zona anterior del pie, los metatarsos. Por ende la presión a la que se ve sometida esta zona aumenta, y es entonces cuando los nervios interdigitales pueden verse comprimidos. El riesgo además aumenta más cuanto más alto es el tacón o si, por el motivo que sea, hacemos un uso prolongado de este tipo de calzado
  • Presentar deformaciones en los pies, como podrían ser los “dedos en martillo”, los “dedos en garra”, juanetes o pies planos también podrían llevar a someter a un aumento de la presión en la zona
  • Tener una marcha donde tendemos a ir de puntillas o realizar deportes con gran cantidad de saltos también es un factor de riesgo
  • Puede ocurrir también por fuertes traumatismos o a la presencia de algún tumor
  • Por una fractura metatarsiana que ha consolidado con mucho callo óseo.

¿Cómo empieza y cuáles son los síntomas?

Al comienzo los síntomas aparecen cuando se lleva bastante tiempo de pie, realizando actividad física, llevando zapatos de tacón o muy estrechos que compriman el pie…etc.  Y después los síntomas empiezan a hacerse más continuos sin necesidad de realizar mucho esfuerzo:

  • Dolor punzante en la zona anterior de la planta del pie, donde se encuentran los metatarsos
  • Sensación de quemazón y, en ocasiones, sensación de frío y calor
  • Dolor que se irradia hacia los dedos
  • Sensación de hormigueos o calambres (Parestesias, disestesias)
  • Aumento o disminución de la sensibilidad
  • Inflamación
  • Alteración de la marcha
  • Alteración de las actividades de la vida diaria

¿Cómo se diagnostica?

En el diagnóstico será de gran importancia la entrevista que realizaremos al paciente. En ella trataremos de recoger los datos subjetivos, en los que nos explique fundamentalmente las características de su dolor y cómo es éste, junto a un examen objetivo donde podamos realizar una buena exploración.

Las pruebas de imagen también van a ser de gran de gran importancia para observar cómo se encuentra el tejido. El diagnóstico se sospecha por los síntomas y la exploración del pie, y se confirma con una ecografía que realizaremos en consulta, y donde se apreciará el engrosamiento del nervio interdigital afecto.

Tratamiento:

El tratamiento conservador se basa en la utilización de las terapias físicas para desinflamar los tejidos afectados. Es de gran ayuda la diatermia o radiofrecuencia, los Ultrasonidos (U.S.), corrientes T.E.N.S y las movilizaciones manuales para oxigenar los tejidos afectados. Pero sin duda el tratamiento estrella es la Neurodinamia o movilización neural ya que al deslizar los nervios sobre los tejidos que le rodean se produce un riego sanguíneo extra en la zona afectada y la regeneración tisular se acelera. En caso de fracasar el tratamiento fisioterapéutico, se puede recurrir a las infiltraciones ecoguiadas de corticoides o de ozono.

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