Contracturas gemelos

Patología contracturas de gemelos

Contractura de gemelo: ¿Qué es y cómo ocurre?

No hay nada peor que despertarse en medio de la noche con un intenso dolor en el gemelo, sin saber por qué ni que hacer para poder relajarlo.

Muchas situaciones como el exceso de ejercicio, la mala alimentación (bajo nivel sérico en magnesio) o incluso el estrés emocional pueden causarnos una fuerte contractura de gemelo.

Las contracturas a nivel general son situaciones disfuncionales en las fibras musculares, las cuales se encuentran con una contracción continuada e involuntaria. Cuando se da esta situación se produce una dificultad para hacer llegar sangre oxigenada y rica en nutrientes a estas fibras musculares, a la vez que tenemos sustancias de desecho que nos cuesta reabsorber. El sistema nervioso nos “avisa” de esta situación mandando señales de dolor al cerebro para hacernos conscientes de que hay algo que tenemos que cambiar.

Una de las zonas con mayor prevalencia de contracturas es el gemelo. Éstas pueden verse vinculadas al ámbito deportivo pero no siempre tiene porqué ser así.

Cuando hablamos de los gemelos o la musculatura de la pantorrilla, es importante señalar que ésta la forman el músculo sóleo, el gastrocnemio interno y gastronemio externo, y en conjunto, lo conocemos como tríceps sural. Los gastrocnemios son aquellos a los que coloquialmente  hemos llamado siempre “gemelos”, y a los que también responsabilizamos más de las lesiones de esta zona, mientras que el sóleo, en realidad es el músculo más grande del tríceps sural y el que, normalmente, suele lesionarse más. La función que llevan a cabo en conjunto, es la de realizar la flexión plantar del pie.

Causas:

Algunas de las causas que pueden producirnos una contractura en esta zona son:

  • Sedentarismo o posturas estáticas:

No es raro encontrarse con personas que normalmente no practican deporte, que sufren una contractura cuando lo realizan. Esto es porque el músculo no estaba preparado para el esfuerzo al que le sometimos, y se contracturó como mecanismo de defensa. Muy posiblemente para hacernos parar y prevenir una posible rotura de fibras.

Otro caso, es cuando estamos en posturas estáticas durante un tiempo prolongado y la isquemia producida (falta de sangre) en la zona, favorecería la aparición de la contractura.

  • Edad avanzada:

Con la edad se produce el proceso de sarcopenia (pérdida de la masa muscular), acompañado de la pérdida de su capacidad viscoelástica de tejido debido a la menor síntesis de colágeno que genera el cuerpo. Es por ello que la edad es un factor que contribuye a la posibilidad de que el músculo pueda contracturarse.

  • Estrés emocional:

El estrés nos lleva a acumular tensión, no solo psicológica, sino también muscular, por lo que es probable que suframos una contractura involuntaria. El exceso de adrenalina que produce nuestro cerebro en situación de estrés no es compatible con la relajación muscular

  • Deporte

El exceso de ejercicio en nuestros trabajos o la actividad física también somete al cuerpo a un estrés muscular y la respuesta reactiva o defensiva del cuerpo es la contracción involuntaria y continuada del musculo estresado y por tanto la provocación de dolor que obliga y sugiere el parar o bajar la carga de trabajo.

  • Deshidratación o mala alimentación:

Una mala hidratación o alimentación impide una correcta reserva de nutrientes y minerales que necesitan las fibras musculares para su correcto funcionamiento. Alguno de ellos son el magnesio, el sodio, el potasio o la glucosa. En ocasiones, después de periodos con muchas contracturas musculares, el suplementarse con algunos de estos minerales, es fundamental y realmente ayudan en este tipo de lesiones.

Síntomas:

  • Dolor agudo. Las contracturas en esta zona suelen ser bastante molestas. Si el dolor se da en la parte interna, normalmente se debe al gemelo o gastrocnemio interno, mientras que si el dolor se da en la parte externa, lo más probable es que el dolor se deba a una afectación del sóleo. El gemelo externo es el que menos se afecta de estos tres. Es el más fuerte y resistente y el que biomecánicamente tiene menos solicitaciones.
  • El dolor empeora con la bipedestación, por contracción de estos músculos, y especialmente con el movimiento de flexión plantar (al ponernos de puntillas). Este movimiento ocurre, por ejemplo, durante la marcha justo antes de despegar el pie del suelo o al subir escaleras
  • Pérdida del rango articular que puede provocar incluso impotencia funcional por cojera. Conviene tratarlo y parar inmediatamente la práctica deportiva ya que es un aviso previo a la rotura de fibras.

Tratamiento

El tratamiento se basa principalmente en Masaje Descontracturante, estiramientos analíticos F.N.P, Punción Seca y calor en profundidad a través de corrientes de alta frecuencia (Diatermia o microondas).

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